¡Hola, mamá!
Es curioso, pero anoche me di cuenta de que llevaba muchos días sin pensar en tí.
Será por el ritmo que llevo últimamente, que tú tan bien sabrías apreciar. El caso es que apenas he tenido tiempo de perderme en introspecciones personales.
Pero ahora casi hace tres años que te fuiste.
Y de repente anoche, como una vaharada que te pilla de sorpresa, el dolor de tu recuerdo me volvió a pillar desprevenida.
A veces siento que ya hemos derramado bastantes lágrimas; Otras veces creo que no te hacemos suficiente justicia cuando las ocupaciones cotidianas te trasladan a un plano secundario. Pero no te lo vas a creer, mamá. Eres la persona que con más cotidianeidad me viene a la boca. Cuando no estamos tristes es porque a veces es como si nunca te hubieras ido.
Pero cada vez más a menudo tenemos que sacar a papá de su melancolía.
Ni todo el afecto de sus hijas puede compensar esa brutal separación que lo pilló desprevenido justo cuando empezábais a recuperar la segunda juventud.
¿Sabes que se ha comprado un teléfono móvil nuevo? Pues ha puesto tu foto como salvapantallas. Si, esa en la que pareces una artista de cine y que siempre le ha gustado tanto. Todos los días se queda sin batería de tantas veces que abre el teléfono para mirarte.
En breve nos volveremos a reunir para recordarte. Y haremos un esfuerzo para no hacernos caer en la pena cual fichas de dominó. Ya sabes que a papá nunca le han gustado las manifestaciones afectivas en público. Y hay que dar ejemplo.
¿Qué tal te va por ahí? Imagino que será justo lo que imaginabas, así que supongo que estarás feliz. Cierro los ojos y te veo al lado de tu hijo, abrazándolo por fin. Y pienso que estarás muy ocupada, arreglando un hueco confortable para cuando nos llegue la hora de verte. En ocasiones creo que sigues a nuestro lado, muchas veces siento como si respodieras a mis necesidades.
Ahora tengo que acabar, mamá. La vida sigue y las obligaciones no perdonan.
Pero te veo el día 23, como cada año desde aquel.
Estarías orgullosa de ver cuánta gente se reune para homenajearte.
Tú te lo mereces.