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sábado, 28 de marzo de 2009

El séptimo sentido


A fin de cuentas, todo es un chiste.
Charles Chaplin
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Jo, he estado a punto de llamarlo "el sexto", pero luego me he dado cuenta que eso de ver muertos en ocasiones es casi una prerrogativa de mi profesión.

Números aparte, y obviando los miles de sentidos cotidianos a los que nos aferramos para sobrevivir (sentido de pertenencia, del ritmo, del equilibrio...) yo quiero referirme al que me ha hecho mantenerme en pie estas últimas semanas: el sentido del humor.

Nietzsche lo describió como una especie de catarsis: «El hombre sufre tan profundamente que ha debido inventar la risa».

Vale; es una huida, una manera de eludir momentáneamente la responsabilidad, pero ésta que escribe, cual cariátide que adorna su perfil, casi llega al punto de ruptura.

No me quejo. Asumo lo que tengo y lo que soy. Pero ¿no es lícito tratar de responder a la sobrecarga emocional con un poco de optimismo? Sobre todo, cuando el objeto de burla es una misma.
Sé que soy sarcástica, y que ha veces pierdo el sentido de la mesura, pero prefiero hacer caso de mi sentido del ridículo antes que caer en la autoconmiseración.
¿Alguie le ve el sentido a esto?

martes, 24 de marzo de 2009

Make my day a little better



¿A alguien le suena esto?

A ver...
Qué levante la mano el que no haya tarareado o silbado el estribillo de tan pegadiza canción una vez al menos.
¿En serio?

Yo reconozco -vale, es una tontería- que me encanta el anuncio.
Pero cuando una anda un poco tristona, como yo en estos días, despreciar aquello que provoca una sonrisa es un lujo que no puedo permitirme.

La canción en la que está basada la del spot se llama L.A. y pertenece a un grupo poco conocido de nombre Message Of The Blues.
Imagino que a los publicistas no les debió llenar mucho el estribillo que repetía una y otra vez lo de L.A. y lo cambiaron por el más pegadizo de Say Hey!, lo que hace mucho más simpáticos a los muñecotes multicolores que acompañan la canción con sus movimientos de cabeza.

El escaso éxito del grupo californiano se basa principalmente en el gran éxito del anuncio, ya que apenas si poseen media docena de composiciones.
Según su perfil de myspace, no tienen discográfica.
Y por no tener, no tienen ni siquiera página en la Wiki, y ya se sabe: si no estás, no eres nadie :-)

viernes, 6 de marzo de 2009

La maldición de Sísifo



Sísifo, el más astuto de los hombres, fue condenado por engañar a los dioses a transportar una piedra sobre sus hombros hasta la cima de una ladera. Pero su castigo no acaba aquí. Maldecido, habría de ver impotente como la roca cae hasta el punto de partida y se ve obligado a cargar con ella una y otra y otra vez en un ciclo absurdo.

Algunos autores, como Albert Camus, han visto en esta obra el paradigma del esfuerzo inútil. El trabajo idiota del hombre moderno que, atrapado en un círculo del que no puede salir, se esfuerza incesantemente en vano.

Pero yo creo que la verdadera maldición del personaje griego es aún más cruel. El terrible dolor del castigo no está en la futilidad del esfuerzo sobrehumano por transportar la roca, sino en ese preciso y minúsculo instante de tiempo en el que Sísifo ha llegado a la cima y, justo antes de la caida de la piedra, elevando su rostro ciego al sol que asoma por el horizonte y sintiendo su primera calidez en la piel, aún conserva la ínfima ilusión de haber logrado escapar de su condena.

Compañeros de viaje