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lunes, 25 de enero de 2010

Ya no quedan Escarlatas


La llamaban La Generala, aunque nadie osaba hacerlo en su presencia.
Poseía esa arrogancia de clase adquirida que un buen matrimonio y una cierta posición jerárquica garantizaban y solía abusar de su poder en la medida en que su estatus se lo permitía.
Tenía a su disposición todo lo necesario para satisfacer el menos de sus caprichos. Sus deseos eran atendidos tan pronto como la orden salía de su boca y su orgullo no tenía parangón.
Pero la vida la golpeó dónde menos lo esperaba. El barro de los pies de su ídolo de lo material cedió y repentinamente se encontró en la peor de las situaciones imaginables para ella: dependiendo del apoyo desinteresado de los demás.
Gritó, clamó al cielo, se rebeló... pero nunca aceptó con humildad las cartas que la vida le repartió.
Y cuanto más necesitaba de los demás, más soberbia se mostraba.
La Generala nunca aprendió la lección. Aún vaga aferrándose al naufragio de lo que pudo ser, con la falsa ilusión del orgullo intacto.
Nunca quiso pararse a pensar. Y algunas cosas no pueden dejarse para mañana.

viernes, 22 de enero de 2010

El héroe contemporáneo



"Me llena de orgullo y satisfacción..."
¡Oh, no! Esto no va aquí. Aunque...
Siempre es un motivo de satisfacción y un orgullo en lo personal volver a compartir cena y conversación con uno de los autores españoles contemporáneos más reconocidos, sobre todo cuando dicho autor, que no es otro que Arturo Pérez Reverte, deja su talante académico para compartir su tiempo con un grupo de lectores incondicionales y mostrarnos, en una velada distendida y llena de anécdotas , su lado más personal y amigable.

La cena, servida en la Taberna del Capitán Alatriste, sirvió para explicar el nombre del local y los comentarios acerca de las novelas de la saga. Pérez Reverte se mostró comunicativo y cordial, nos contó anécdotas de la guerra, nos habló de la cultura como salvación,explicó algunas cosas de sus obras anteriores y dejó caer algunas pistas de las novelas venideras.


Nos habló del romanticismo de la idea de ser reportero de sucesos en su juventud, la inconsciencia y la sensación de ser inmortal, hasta su descenso a los infiernos en Eritrea.

Mencionó algún autor contemporáneo y nombró a sus inestimables clásicos y repasamos un poco sus novelas anteriores.

Pero si por algo recuerdo ese encuentro es por el papel recurrente que la mujer tuvo en la conversación.
Según Pérez Reverte la mujer es el auténtico héroe de hoy en día. Para él siempre han existido dos tipos de mujeres: la que grita cuando llega el enemigo y, su favorita, la que coge el arma y ayuda en la defensa.
Arturo ha conocido muchas mujeres en su vida. Algunas tan significativas como para pasar a formar parte del carácter de sus heroínas literarias a las que, sin embargo, no ha asemejado a sus ídolos de la pantalla. Excepto por la notable excepción de Milady de Winter, el amor de su vida, y a la que a una tierna edad defendió cuando su padre comentó lo mala que era. -¡Pero es guapa!- le respondió.

Nos contó que en su nueva novela aparece un personaje femenino de carácter, y mencionó a Lisbeth Salander. De sus heroínas recordamos sobre todo a Tánger Soto, a Irene Adler (¡La Mujer, Watson!) y a Adela de Otero, sin olvidar a su "pequeña Milady" Angélica de Alquézar.

A pesar de que la conversación tomó otros muchos derroteros ésta es la parte que yo he preferido destacar, quizá porque como mujer sé qué postura tomaría yo en los conflictos.

No obstante, y para su constancia, un resumen mucho más completo de la velada se puede encontrar aquí.
¡Qué aproveche!

domingo, 3 de enero de 2010

Being human


Todas las grandes crisis han tenido sus monstruos, sobre los cuales la gente demonizaba sus miedos y angustias. Y la realidad actual no iba a ser diferente.
Al socaire del aumento de atentados terroristas, el fracaso económico y las guerras interminables ha reaparecido la fascinación por los mitos del horror.
Vampiros, hombres lobos, espectros y demás que han encontrado un nuevo auge con el renovado apetito por el terror gótico.

La BBC no va a ser menos, y en 2009 lanza su personal serie sobre criaturas fantásticas.
Mitchell es un vampiro abstemio, seductor para las mujeres, que lucha constantemente contra la lujuria de la sangre y la muerte.
George, inteligente y un poco obsesivo, es un reciente hombre lobo que reniega de su faceta animal.
Desde hace dos años George y Mitchell son amigos y tratan de vivir de acuerdo a las normas de la sociedad, procurando no perder su humanidad por el camino y ayudándose mutuamente en los momentos de debilidad.
Ambos han conseguido trabajo como celadores en un hospital de Bristol, empleos por debajo del umbral de las miradas más inquisidoras y con los que tratan de pasar desapercibidos, y alquilan una casa donde vivir sus vidas humanas sin complicaciones.
Pero nada es tan fácil: en la casa encuentran al fantasma de Annie, la prometida del propietario muerta hace poco al caer por las escaleras. Algo retiene a Annie en la casa y su desconocimiento de las reglas del inframundo le crea algún que otro problemilla.

La serie, aunque posee toques de humor verdaderamente divertidos, es de una tragicidad conmovedora.
En una sociedad con miedo que rechaza todo lo que es diferente, los monstruos se muestran más humanos que los humanos. En su humanidad tratan de no perder el sentido de pertenencia y luchar contra los prejuicios, ocultando a su vez su segunda naturaleza.

La estética no puede ser más madeinUK: barrios obreros de la periferia, té a todas horas, pubs y cervezas y callejones que parecen sacados del mismísimo Whitechapel.
En resúmen, una serie redonda y muy recomendable que da qué pensar.

¡Por cierto! La americana SyFy ya tiene anunciada su versión. Faltaría más.

Compañeros de viaje