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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sueños: Anexo II


Van a tener razón los que afirman que la catarsis funciona.

Hace ya tres o cuatro días que empiezo a recordar los sueños cuando me despierto.
De algunos, sólo jirones como entrevistos entre la niebla. Otros son de una nitidez que envidiaría cualquier reproductor de Blu-ray.
Pero el que he tenido esta noche lo recuerdo vívidamente.

Yo suelo tener sueños recurrentes con un hospital bastante peculiar. El exterior consiste en una mansión gótica, de piedra, con inmensos jardines umbríos, fuentes y escaleras de piedra desgastadas por el tiempo, y un alto muro cubierto de salvajes setos que linda -misterios oníricos- con el Club Náutico.

El interior, sin embargo, no desmerecería como Gabinete del Doctor Caligari, con formas y perspectivas que contradicen la razón: escaleras que suben a los pisos inferiores, ascensores concatenados, pasillos paralelos ocultos que giran sobre sí mismos, todo construido en hierro y cristal, de un verde desvaído y con grandes señales de corrosión, aunque funcionante y lleno de vida, con pacientes, visitantes y personal que trabaja allí.

En el sueño de ayer me encontraba en la séptima planta que, curiosamente, corresponde a la más iluminada del hospital. Las paredes de la fachada principal de lo que parece un gran salón de visitantes corresponden a grandes ventanales de vidrio emplomado que cubren todo el espacio.

Algo peligroso está a punto de ocurrir. Lo que sea que viene sólo es capaz de su maldad a través del cristal, así que en el sueño me dedico a destruir las vidrieras con ansiedad y desesperación.
Es la única forma de contener lo que sea que viene.
Sin embargo, me doy cuenta de que los cristales amontonados en el suelo siguen representando un peligro, así que venciendo mis miedos y contrarreloj decido bajar al sótano a buscar algo que me sirva para recoger y retirar los vidrios en los que ya se puede atisbar cierto reflejo indefinido.

Bajo sin problemas, pero es entonces cuando comienza la angustia puesto que ni sé lo que estoy buscando ni, por supuesto lo encuentro.
Aterrada me dedico a deambular corriendo desesperada por ese edificio de pesadilla y tras infinitas vueltas, recodos y salas deshabitadas es cuando me despierto.

¿Alguien puede decirme qué significa?

3 comentarios:

Lenka dijo...

No soy para nada experta en sueños, pero dicen los "entendidos" que ciertas imágenes son comunes y recurrentes a casi todo el mundo.

Las edificaciones suelen representar a uno mismo. Es habitual soñar con casas, con pisos, con construcciones de cualquier tipo. Tú sueñas con una mansión pelín caótica, intrincada, con pasillos y escaleras "secretos". Impone por fuera, pero dentro está llena de vida. Es así como te ves? Sólida, con un interior complejo, vital, activa, en constante movimiento?

Es un hospital, lo que imagino que marca una relación muy fuerte con tu trabajo. Y quizá no sólo por la cosa profesional. Cuántas veces has hecho de enfermera y sanadora para los tuyos, familia, amigos...? Creo que tienes un rol muy fuerte ahí. Seguramente es vocacional y desinteresado, pero no quita para que a veces te resulte un poco estresante y te sientas "contrarreloj".

Me llama la atención que tu hospital-casa esté siempre cerca de un club naútico. Separado, pero cerca. Otra hipótesis: consigues separar la vida personal de la profesional, o al menos esa es tu idea, lo que te parece mejor. Un club náutico... amor por lo lúdico? Los viajes? La naturaleza? Estar con gente? El ocio?

Entras en el hospital, la obligación va por delante. El club está cerca, pero en segundo plano. Nunca entras en el club en tus sueños? Quizá crees que tu trabajo te exige demasiado. O a lo mejor no, a lo mejor asumes que así debe ser y que el ocio va detrás. En el sueño sientes deseos de entrar en ese club, o agobio por no ir? O sencillamente lo ves allí?

Eres la primera en comprender que se acerca un peligro. Seguro que eres una persona intuitiva en la vida real. Y, además, en el sueño eres la que actúa. Rápidamente tomas el mando de la situación. Cómo es en tu vida? Suelen acudir a ti en el trabajo o en las cosas familiares para que resuelvas las cosas? A lo mejor eres una líder natural. Eso te gusta, te da igual, te agobia, no puedes evitarlo?

Por qué el peligro reside en los cristales? Es algo que va a venir de fuera? Si el hospital, de alguna manera, eres tú... quizá temes que algo ajeno o extraño se cuele en tu vida, te "invada", se apropie de tu espacio. Pero me ha parecido ver una "dualidad" curiosa. Son cristales, o son espejos? O mitad y mitad? Porque el espejo refleja lo que somos. El cristal es algo que te separa de lo de fuera, pero es frágil. El espejo te vuelve hacia dentro, hacia ti. El peligro está fuera, o parte de él está dentro?

Piensa si hay algo de fuera que te agobie. O si tiene que ver con la imagen que los demás tienen de ti (espejos). El caso es que terminas rompiendo esos vidrios. Crees que "desde fuera" se te exige demasiado? O que eres tú quien se exige demasiado? Por eso terminas rompiendo los cristales? Pero al mismo tiempo quieres recogerlos, sigues siendo la líder que actúa y se propone solucionarlo todo. Es como si te agobiaran ciertas responsabilidades que en parte te han colgado los de fuera y en parte tú has asumido hasta el punto de que incluso rompiendo con ellas entiendes que no te queda otra que seguir al mando.

Y es que, encima, la escoba y el recogedor están abajo. En el sótano, en lo más profundo. Dentro de ti. Y para encontrarlos tienes que llegar a ese fondo de ti, en una cuenta atrás y atravesando un laberinto. Supongo que, como persona inteligente y compleja que eres, no es fácil llegar al sótano. El propio camino es complicado. Pero allá vas, porque tienes que encontrar algo que ayude a solucionar el problema, y ante eso no hay laberinto que se te ponga por delante.

Es uno de esos sueños "reincidentes", verdad?

Pseudo interpretación libérrima ofrecida por Lenka. XD Ya me contarás si te dice algo o no. (Lo de que estoy gagá te lo puedes ahorrar, porque salta a la vista!!!)
;)

Eli dijo...

¡Pero nena! Vaya curro que te has pegado.

No te nía ni idea de que los edificios representaban a las personas. Si eso es así, diosmelibre porque debo estar hecha polvo.
Aunque tú me conoces muy bien, y no te digo que no haya por ahí más razón de la que imaginas.

En lo del club naútico, sin embargo, no has acertado. De pequeña mis padres eran socios y yo odiaba con todas mid fuerzas ir a pasar el día (tooodos los del verano) porque no sólo me aburría como una ostra ya que no tenía amigas de mi edad, sino que además me tocaba lidiar con los peques. Y encima el hecho de que estuviera al borde del rio sin ningún tipo de protección me producía unas pesadillas horrorosas.

Lo de los cristales, no sé a qué horror se refiere. Los miedos de mis sueños suelen ser bastante imprecisos. No es miedo a algo concreto. Pero lo que me parece curioso es que el cristal no sea la barrera que me separa del daño, sino el vehículo por donde atacar.

En fin, que me parece que la que está un poco gagá soy yo.
O endrogá perdía...

Lenka dijo...

Lo que está claro es que nadie puede interpretar los sueños de otro. Nadie. Tú eres la que sabe bien qué implica para ti el club náutico, los cristales, un hospital... otra persona puede darte ciertas ideas, a ver qué sale, pero nadie mejor que uno para interpretarse. Lo malo es que a veces somos demasiado retorcidos para enviarnos mensajes a nosotros mismos, verdad??


Es lo que tienen los sueños, supongo. Podrían ser claros como la luz, pero pasan por muchos tamices. La imaginación, recuerdos, miedos, esperanzas que tenemos, el estado de ánimo... y se monta un batiburrillo de lo más raro. A mí el tema siempre me ha gustado. Me refiero a la interpretación psicológica, claro, no a la esotérica. Eso de que soñar con pajaritos significa que ganarás mucho dinero... en fin!

Eli, seguiremos meditando... y soñando!!!
;)


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