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miércoles, 14 de noviembre de 2007

Brass in Pocket


Ahí te quería yo ver...

Seguro que te ha pillado completamente de sorpresa pero ¿sabes? estaba segura que te ibas a poner en evidencia sin ayuda de nadie.
Ya llevabas demasiado tiempo alargando la situación, abusando de los demás, confiando en que tus aires de superioridad te sacarían de todos los atolladeros.
Pero por fin te has dado cuenta que el dinero no compra la dignidad. Y la tuya ha caido a los dominios de lo más despreciable.
Si hubieras dejado esa actitud beligerante las cosas nos hubieran ido mejor a todos. Pero no: tuviste que obviar el agradecimiento, que olvidar que éramos los demás los que te estábamos ayudando desinteresadamente, tuviste que insultar y despreciar.
Pero tus malos modos te han delatado.
Y tal vez, sólo tal vez, yo hubiera podido perdonar esa mención personal, pero cielo, tu falta de humildad te ha perjudicado más de lo que crees.
Mira hacia arriba, hacia dónde vas a ser incapaz de alcanzarme nunca más.
Y quédate ahí abajo con tus salidas de tono.
Yo no pienso claudicar.


¿Quieres oirla?

3 comentarios:

Alberich dijo...

Traicionar la confianza de un amigo es de las cosas más horrendas que se pueden hacer en esta vida.
Asi que...
que le den!!!!

Eli dijo...

Albe, esa persona ni siquiera era amiga.
No es mi confianza lo que traicionó, puesto que nunca se la dí. Pero ha cometido un error muy grande. Y si hay algo que no tolero es que me falten al respeto.
Entiendo sus motivos, pero no sus modos. Aunque ni siquiera sus motivos justifican lo que hizo.
Y tuve que ser yo la que le dijera lo que todos piensan y nadie más se atrevió a decir.

Guaja dijo...

Eso te honra Eli. No se cual seria la actitud de los demas, pero espero que te apoyasen, y si no fue asi, que al menos te quedases a gusto.


Compañeros de viaje